La ubicación era perfecta, un lugar ideal para unas vacaciones. La habitación era amplia y contaba con muebles antiguos, además de una cocina americana. El personal fue muy servicial y agradable, al igual que el director.

Desayuno con baguette, croissants frescos. Habitaciones lo suficientemente espaciosas con una pequeña cocina, cómodos sillones y además muebles antiguos. Una ubicación bonita justo al lado de del centro de la ciudad.

En la habitación había una cocina pequeña y sillones y la cama era super cómoda. Ubicación: el hotel estaba justo al lado de varios lugares, como del centro de la ciudad y del jardín. Este hotel estaba a 2 km de algunos destinos turísticos, como el Musée du Four des casseaux.

Nos encantó alojarnos en esta propiedad. La ubicación resultó muy conveniente para visitar las principales atracciones de Panazol. Las habitaciones son amplias y bonitas, con camas súper cómodas. Además, la pequeña cocina y los sillones fueron de gran utilidad. El personal fue increíblemente servicial y amable, brindándonos un excelente servicio.

Ubicación apartada pero tranquila

Habitación espaciosa y con decoración de época. Instalaciones limpias.- Desayuno abundante y delicioso.- Dueño amable y atento.- Aparcamiento en la finca

Nada, ninguna queja.

Tenía una habitación muy limpia y cómoda con cómodos sillones y muebles antiguos y una cocina americana, no podía pedir más. Un personal servicial que se ocupaba de mí.

Este hotel ofrece una excelente relación calidad-precio. El dueño es amable y atento, y las habitaciones son amplias y confortables, con una decoración encantadora y detalles antiguos. Se encuentra en una ubicación tranquila y pintoresca, rodeado de un jardín exuberante, pero aún así está cerca del centro de la ciudad de Limoges. El desayuno es abundante y delicioso, con una selección de croissants, brioches y mermeladas caseras.

Todo estuvo bien.

El lugar estaba un poco apartado del centro de la ciudad, lo cual fue exactamente lo que buscábamos. Aunque el camino puede resultar un tanto confuso al principio, una vez encuentras la entrada y sigues por el jardín descuidado, te sorprenderás con la ubicación tranquila y rodeada de naturaleza. La habitación era amplia, con una decoración vintage que, aunque no era de nuestro estilo, estaba muy bien cuidada. El baño era curioso y estaba perfectamente limpio, al igual que todas las instalaciones. El dueño fue muy atento y amable, siempre dispuesto a ayudarnos. El desayuno era sencillo pero suficiente, con croissants, mermeladas y café o cacao.

Hubo cierta dificultad para encontrar la entrada correcta al hotel, ya que no estaba bien señalizada ni visible desde la carretera.